El coso de Utrera de “primera” con el indulto de un toro de Miura

Utrera | Actualidad Sábado, veintiuno de junio de dos mil diecinueve, primer día de verano en Utrera. Treinta y un grados, bonita tarde de sol con viento flojo a rachas que ayuda a pasar el primer día de canícula.

Toros en Utrera, nos anuncian los primeros carteles de los festejos taurinos en la ciudad, primera terna de categoría y primera vez que los Miuras hacen su aparición en este coso de la Mulata.

Octavio Chacón, de celeste y oro, dos orejas; Manuel Escribano de rojo y oro, ovación y oreja y rabo (simuladas por indulto del quinto toro) y Pepe Moral de rojo panadero y oro, silencio en ambos por mal uso del acero, primera vez que la terna hace su paseíllo en esta plaza. Se masca en el ambiente, el nerviosismo de los toreros, toreros de plata, picadores y personal de apoyo por los astados que se encuentran en los chiqueros, seis Miuras seis, que por primera vez saldrán al ruedo a defenderse, demostrar su bravura e imponerse al mando de la muleta de sus antagonistas.

Carmelo García, promotor y primer valedor de este evento se aferra a que cada vez haya más calidad en los toreros y toros que pisan este albero de la bien cuidada y mantenida plaza utrerana.

Bien presentados los toros de este hierro con casta de Cabrera, primera ganadería de toros bravos en nuestro pueblo, con desigual juego que pusieron a prueba la valentía y buen hacer de los toreros.

Octavio Chacón, cortó una oreja en cada uno de su lote, bregando muy bien a los astados y llegando a sacar lo m
áximo de sus oponentes, sobre todo el cuarto con el nº 20 en su costillar y 658 kg, el primer toro de más peso lidiado en esta plaza, acabando con ellos con sendas estocadas que le valió salir a hombros por primera vez de este coso.

Manuel Escribano, lidió muy bien a “Mazorquito”, (el primero de su lote) recibiéndolo de rodillas en las tablas y toreando muy bien a la verónica. Banderillea con soltura y briega con valentía y mando al antagonista que no se entrega en la muleta; pasa a media altura y buscando siempre al matador en cada lance, no tiene premio por dejarle media estocada vertical y descabello.

Y llegó el quinto, de nombre “Tahonero”, aplaudido por el público a su salida, de buen porte y equilibrado, frente estrecha y bien armado de pitones; con 570 kg, muy de la casta de Miura y marcado con el número 42, de enero de dos mil quince.

Recibe el diestro muy bien a la verónica, acabando con media que enardece al público. Ya muestra maneras el Miura, metiendo bien la cabeza por ambos pitones y llegando muy bien al caballo, en dos ocasiones; la segunda, más allá de la raya de picadores dejado por Caballero consciente de la bravura del animal.

También banderillea, hacia fuera citándolo en el tercio y dándole ventaja al astado. Y coge la muleta, llevándolo a los medios, con una faena de menos a más, repitiendo siempre, alargando el natural y metiendo muy bien en la franela el pitón derecho.

Más de veinticinco pases recibió “Tahonero” antes del intento de entrar a matar, que el público soberano se manifestó
en salvar la vida al animal por su excelente comportamiento en la plaza.

Y así fue, también convencido el torero que acabó exhausto de la lidia y sentado en el estribillo de las tablas mientras el presidente D. Manuel Viruel, sacaba el pañuelo para indultar en una plaza de toros al primer Miura en los 177 años de existencia de esta ganadería.

Dos orejas y rabo simuladas para el torero y primera salida por la puerta grande de esta plaza.

Pepe Moral recibe con siete verónicas gustándose en el lance al primero de su lote y lo lleva al caballo por chicuelinas, también por chicuelinas realiza un buen quite que levanta con aplausos el tendido.

Brinda el toro a su amigo Luis Vilches en el ruedo, pero el Miura se queda corto con la muleta, aunque conforme continúa la lidia mejora la embestida y va más largo por el pitón izquierdo; era el mejor toro hasta el momento y podía haber tocado pelo sino llega a ser por el acero, tres pinchazos, media estocada tendida y cinco descabellos para acabar con el tercer toro de la tarde.

Desigual fortuna con el que cerró plaza, debido al parón de la lidia para devolver a los corrales el Miura indultado, toreó muy bien a la verónica y parece que podía sacar algún provecho.

Se desvaneció pronto el de Zahariche quedándose corto, cara a media altura, soso y sin fijeza, andarin y sin bravura y otra vez la espada, necesitó tres pinchazos para acabar con el morlaco.

Plaza de “primera”, toreros de primera, público de primera y una buena tarde difícil de repetir en este coso utrerano.